Archivo de enero 2010

YO, MÍ, ME, CONMIGO

No digo que tengan que estar todo el día recitando el tú, ti, te, contigo, pero tampoco que sólo reciten el yo, mí, me, conmigo. Alguna que otra vez tendrían que recitar el nosotros, vosotros, ellos. Aunque sea por el simple hecho de no aburrir, de abrirse a otros panoramas. Aunque sea por aquello de la pluralidad bien entendida. Y el archipiélago podría convertirse en continente. Es sólo una cuestión de pronombres y la riqueza está en que los hay de primera persona, de segunda persona y de tercera persona, como nos los enseñaron en la escuela.

APRENDICES DE BRUJO

La escena forma parte de un clásico del cine de animación, la extraordinaria película, que a los niños de una época nos introdujo en muchas piezas clásicas de la música universal, Fantasía. Producto Disney, la película fue dirigida por James Algar y Samuel Armstrong y data del año 1940. Hay una escena que, desde aquella primera vez que la vi, e igualmente en las sucesivas veces, me impresionó mucho, me refiero a la que ilustra la música del Cascanueces. Aquel Mickey metido a aprendiz de brujo no es sino el fiel retrato de muchas situaciones reiterativas en la vida y que parece que van tomando mayor protagonismo en este tiempo de mediocridades. Cuántos hoy quieren ser “brujos” sin serlo y se embarcan inconscientemente en tareas para las que no están preparados ni saben manejar, pero, ¡qué le vamos a hacer!, la ignorancia es osada. Lo malo es que terminan como aquel aprendiz de brujo de Fantasía, sin poder dominar la escoba y los cubos, e inundando la casa. Y lo peor de todo es que la casa es ajena, la han expuesto a su inexperiencia, y han dejado al brujo verdadero, al de verdad, al preparado, fuera de combate. O sea, que el experimento no está carente de daños y perjuicios, y además, el invento no sale. Y para que no se vea el desaguisado estos aprendices tendrán que seguir urdiendo maniobras de camuflaje, con arabescos laterales, eliminación de los contrarios, y disimulo desvergonzado para que el corcho se mantenga a flote incluso en las inundaciones. Hoy, en día, que tan pasado de moda está el estudio, la preparación, la competencia, la seriedad en la formación, ha aumentado el elenco de estos aprendices de brujos que no terminan de asumir lecciones como las de nuestro refranero (que también hay caído en desuso), y de aquello de “zapatero a tus zapatos”.

LECTORES SIN REMEDIO

Y espero que el título sea un buen augurio, un acertado augurio que se cumpla al pie de la letra, y que los lectores no tengan remedio y sigan siéndolos. El título de este artículo en blog (de este post que le llamarían los cursis) se lo he tomado prestado a dos buenos amigos, a los que aprecio de veras y cuyo trabajo admiro y reconozco: Ramón Clavijo Provencio y José López Romero. Porque se trata del título del libro que al alimón acaban de publicar. Un libro que recoge importantes artículos suyos publicados semanalmente en el Diario de Jerez. El libro lo ha publicado EH Editores y se ha presentado hace unos días.

Durante el acto de presentación Ramón Clavijo explicó que “en septiembre de 2004 el entonces director de Diario de Jerez Rafael Navas nos propuso llevar una sección de libros en la que, en una sola página, se pudiera hacer un repaso semanal de los más variados temas relacionados con la lectura. No era un encargo fácil. En primer lugar porque ya sabemos que las secciones culturales, y no digamos las dedicadas a la crítica literaria, normalmente suelen estar en el furgón de cola de las prioridades de cualquier medio escrito de carácter generalista. Luego, porque eso de condensar en una sola página lo que en otros medios es prácticamente un suplemento en sí mismo se nos antojaba tarea poco menos que imposible. Pero conscientes de que los caminos vírgenes, o poco hoyados, son los únicos que pueden prometer algo… pues aceptamos”.

“Desde entonces –añade José López- ‘Lectores sin remedio’ es la página de libros de Diario de Jerez. Una página que ha ido sumando seguidores a lo largo de estos años y que se ha prolongado en un blog que se muestra en el ciberespacio, orgulloso de sus orígenes en papel”. Los responsables de la editorial EH Editores decidieron inaugurar esta colección –EH Crónica dedicada al género ensayístico- con la recopilación de estos artículos que suman un inmortal homenaje (toda publicación asume en su mismo formato la promesa de la inmortalidad) al libro fetiche, al libro mito y al libro como medicamento contra toda clase de males.

Excelente intención que ahora queda fijada en las páginas de este nuevo libro y que esperamos que dure, para bien de la cultura del libro, de la lectura y de la creación, en las páginas del Diario.

CORTO DE TALLA

Cuentan que era tan corto de talla que siempre se rodeaba de gente bajita para aparentar ser más alto y que incluso se quitaba de en medio a quienes superaban la media. Sencillamente los alejaba, los exiliaba, los hacía pasar por gente rara y les robaba el prestigio con maniobras burdas que los anulaban. Ni que decir tiene que les negaba el pan y la sal a los que jugaban en la liga de baloncesto; y es que no era bajito de estatura sino de entendederas, de respeto y de altura moral. Y todo a su alrededor se fue degradando, idiotizando, se fue, en definitiva, empobreciendo. Al final resultó más rentable quedarse encogido que optar por crecer. Cualquier esfuerzo estaba penalizado y costaba enfrentarse a la desidia, el abandono y la molicie. Prácticamente estaba prohibido el desarrollo. Se había logrado poner el listón al nivel del suelo y se medía a la baja. Sólo crecía la picaresca y la pillería. Así se relataba.

La fábula seguía de la misma guisa, pero me sumió en tal depresión escucharla y me produjo tanto miedo en las entretelas del corazón, que escapé corriendo y luché por convencerme de que se había tratado sólo de un mal sueño del que despertaría pronto. No quería escuchar ni el final ni la moraleja, ni tampoco enterarme de dónde se producía esa historia. Me dije que era una fábula de barcas encalladas, de estatuas de sal, de remedos de vida. Y para recobrar la esperanza, la dejé así, sin más, encima de la mesa, como meritorio jalón de algunos personajes que la contemporánea historia nos regala para mal de muchos y consuelo de muy pocos. E imaginé que las mentes sanas impedirían la epidemia y dejarían aislado ese virus fatal con la eficaz vacuna de la cultura, la valía profesional, el estudio y la honradez vital… y un férreo marcaje al escaqueo. Fundamental para que no haya mutación del virus y se vuelva malvado.

PASEANDO POR JEREZ CON ANTONIO MARISCAL

El buen tiempo –lucía el sol después de tantos días de lluvia- propició la nutrida asistencia a la presentación en la Librería Hojas de Bohemia , de Jerez, , de la ya tercera edición del libro de Antonio Mariscal “Por las calles del viejo Jerez”. Un clásico ya de la bibliografía local que a través de sus calles y plazas pone al alcance del lector la historia de Jerez y de sus gentes, no sólo en un ejercicio de recuperación de la memoria sino del patrimonio de la ciudad.

Desde que conociera su primera edición en 1995 –de la mano de la ya extinguida Editorial Azagaya- este libro ha venido cosechando éxitos en sus sucesivas ediciones y reimpresiones, hasta esta tercera, obligada por la continua demanda del público.

Fue un agradable encuentro, en el que de la mano de Antonio Mariscal –al que tuve el gusto de presentar en el acto- paseamos por Jerez, y constatamos una vez más –si hiciese falta constatar lo evidente- el amor de este escritor por su ciudad y el cariño que pone en cuanto de ella escribe.

Daba gusto ayer, ver rebosantes las librerías del centro de Jerez. Jóvenes, familias con niños de la mano que se acercaban a las estanterías de «juvenir e infantil». . . Afortunadamente para la cultura y para cada uno de los ciudadanos, los Reyes Magos, este año, volverán a traer libros. No podían tener una mejor idea.

LA PAZ Y LA PALABRA

Para este año 2010 que acaba de comenzar “pido la paz y la palabra”, como la pidió Blas de Otero. Las pido y las deseo. Ambas cosas, con todo lo que traen aparejado. La paz y la palabra es mi deseo que pido, grito y ansío. La paz para que crezca el aíre como crece la hierba en los prados y puedan rebosar nuestros graneros de libertad, que puedan ensanchar nuestros pulmones, y podamos respirar. La palabra, porque sin ella es difícil vivir para los que quisimos hacer de ella nuestro oficio. Hoy no basta tenerla, hay que usarla, tienen que dejarnos usarla. Con tanto advenedizo en el negocio, con tanto usurpador, con tanto maestro liendres que ocupa los lugares del que nos desalojan a los que hicimos causa, enseña y razón de ser de la palabra expresada, pedirla es una exigencia de la justicia misma. Por eso deseo la palabra en este 2010, para ayudar con ella a desterrar el vacío, el hueco, la petulancia inconsciente que inunda nuestros campos y ciudades como el agua de lluvia de estos días. La paz y la palabra, “porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan decir que somos quien somos”, escribiría Celaya. Por eso necesitamos que nos dejen en paz parir palabras que encuentren allanados los caminos para alcanzar a otros. Por eso mi deseo para este 2010 es una petición y una exigencia para los que aún no han dejado su dignidad colgada del perchero.


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