Archivo de May 2011

DEL PUNTO FINAL AL PUNTO Y SEGUIDO

Gente que fue de importancia primordial en el mundo del teatro y del cine, ahora  no están en los proyectos que manejan sólo unos pocos. Algunos, como Paco Algora, se dedican a escribir. Una de sus últimas obras, tiene el apropiado y, desgraciadamente actual título de Con la soga al cuello. Me ha pedido que le escriba un epílogo a su libro. Y esto le escrito y enviado, en vísperas ya de que entre en imprenta. Epílogo que ojalá se prólogo de muchas cosas buenas.

 Epílogo, me pides, que le ponga a tu libro, “que en mi vida me he visto en tal aprieto”. Dicen que es colofón, cierre final o recapitulación de un texto. ¡Qué atrevimiento el mío al aceptar empresa tan difícil! Soy yo quien se encuentra con la soga al cuello. Pero si ya tiene epilogo este libro. Lo hace al final Martín, tu personaje, en medio del atronador ruido de sirenas que precede a la caída del telón. “Las palabras siempre vencieron a las balas”. Y en su intención, que es la tuya, queda prendida la frase a este lado del telón paseándose por el patio de butacas, trepando por el anfiteatro y saliendo a la calle por la puerta. Esa celebración de la palabra que es el teatro, proclama, celebra, denuncia, mueve y remueve, agita, se cuela en las reflexiones de los espectadores y se queda prendida en sus conciencias, como semilla viva dispuesta a romper la dura capa de terreno que quiere sepultarla, y brota verde y espigada, para transformarse en tallo, flor y fruto.

Así nació el teatro, o para eso lo hizo. Lo conoces de sobras después de tantos años sobre las tablas, poniendo voz y gesto a los clásicos antiguos y más nuevos, a los modernos, a todos los que tuvieron fe y se atrevieron. Fue catarsis, denuncia, diversión, ironía, y hasta auto sacramental. Hasta que la pandilla de cuarenta ladrones de Alí Babá quisieron hacer plano el pensamiento para mejor manipularlo y emitieron sentencia condenando al teatro porque abonaba y sacudía el arma más potente de los hombres: el pensamiento.

De hecho, la palabra teatro viene del griego theatron, que significa lugar donde se mira o se contempla, y de la palabra drama, que también viene del griego (δρᾶμα), y quiere decir acción. Una acción que se contempla y que produce una mímesis (μίμησις, del verbo μιμεῖσθαι, imitar) y una catarsis (κάθαρσις, purificación). Peligrosa conjunción de acciones y potente resorte para remover conciencias.

Afortunadamente en estos “terribles tiempos oscuros, en que vivir es un reto”, como expresas en uno de los poemas de tu libro “Romance de locos, coplas de ciegos”, tú has decidido aceptar el reto y seguir proclamando la palabra, como lo hiciste en tu anterior obra dramática “Me llamo Jonás”. “Con la soga al cuello” sigue proclamando la palabra, denunciando el tiempo gris que nos consume, lo representa y proclama, y remueve una conciencia anestesiada que huye de las preguntas, que se evade por vericuetos turbios, que se atiborra de nadas indecentes y estériles, que mata el tiempo mirándose el ombligo, cuando no lo hace asomándose al vacío y “cantándole a la luna” y empamplinándose con el “canto de los grillos”.

Este libro es otra de tus formas de salir a la calle y dar valor a la palabra, de sacarla a las plazas, a los pórticos de la iglesias, a los lugares donde está la gente, como fue en otro tiempo, como se ejerció la profesión de cómico, que tú ejerces tan bien, con una vocación que es imprescindible y sin la que lo más probable es convertirse en esas pantomimas que salen en la tele sin la menor preparación y con la única convicción de codearse con todo el famoseo insulso y que para no saber, no saben ni leer, ¡que ya es delito!

Muchos agradecemos que hayas vuelto a tomar la palabra y a blandirla para ganar una batalla, convencido –como el Martín de tu obra- que éstas “vencieron siempre a las balas”. Son ellas esa arma “cargada de futuro”, como diría Celaya. Te imagino, conviviendo con ellas, trabajando con ellas, proclamándolas desde las esquinas a los cuatro vientos. Y haciendo como Neruda proclamaba en “Confieso que he vivido”. “Las agarro al vuelo, cuando van zumbando, y las atrapo, las limpio, las pelo, me preparo frente al plato, las siento cristalinas, vibrantes, ebúrneas, vegetales, aceitosas, como frutas, como algas, como ágatas, como aceitunas… Y entonces las revuelvo, las agito, me las bebo, me las zampo, las trituro, las emperejilo, las liberto… Las dejo como estalactitas en mi poema, como pedacitos de madera bruñida, como carbón, como restos de naufragio, regalos de la ola… Todo está en la palabra… Una idea entera se cambia porque una palabra se trasladó de sitio, o porque otra se sentó como una reinita adentro de una frase que no la esperaba y que le obedeció. Tienen sombra, transparencia, peso, plumas, pelos, tienen de todo lo que se les fue agregando de tanto rodar por el rí­o, de tanto trasmigrar de patria, de tanto ser raí­ces… Son antiquí­simas y recientí­simas… Viven en el féretro escondido y en la flor apenas comenzada”.

Y tú tienes además el arte de resucitarlas, de serles fiel, de proclamarlas, de no traicionarlas y de gastar tu vida en este empeño.

Cae el telón, y esa semilla recién arrojada desde el proscenio ya no es tuya y sale a la calle alojada en nosotros para germinar en miles de jardines. Esta vez las arrojas también desde este libro. Y esta vez el telón no se resigna a caer y sigue abierto. Se lo llevaron todo, como te he oído decir muchas veces, pero, como Pablo Neruda afirmaba, “nos dejaron las palabras”.

EL JEREZ ANDALUSÍ

En los salones del Consejo Regulador del Jerez, se celebrarán las XVII Jornadas de Historia de Jerez, organizadas por el Centro de Estudios Históricos Jerezanos y el Centro De Profesorado de Jerez (CEP), con un interesante programa que ofrezco a continuación. Se desarrollarán del 31 de Mayo al 3 de Junio de 2011 (20,00 horas). Dirigidas a profesores, estudiantes, profesionales relacionados con la investigación. Por lo que el CEP certificará la asistencia del profesorado. El resto de los asistentes que estén inscritos, recibirán certificado del Centro de Estudios Históricos Jerezanos (CEHJ).

 Ponencias:

Martes 31 de Mayo: Conferencia inaugural a cargo de Jorge Lirola Delgado, Presidente de la Sociedad Española de Estudios Árabes y la Fundación Ibn Tufayl de Estudios Árabes, profesor Titular del Área de Estudios Árabes e Islámicos, Universidad de Almería: “Los procesos de arabización e islamización: el caso de Jerez”.
 

Miércoles 1 de Junio: Juan Abellán Pérez, Catedrático de Historia Medieval, Universidad de Cádiz: Las relaciones de Jerez y el Reino de Granada en el siglo XV a través de la Historiografía local”.
 

Jueves 3 de Junio: Virgilio Martínez Enamorado, Escuela de Estudios Árabes (CSIC) de Granada: “Construyendo coras, creando Estado: la formación de la cora de Sidonia (siglos VIII-X)”.

Mesa redonda:

Viernes 3 de Junio. “Visiones del Jerez andalusí”. Modera Miguel Ángel Borrego Soto, arabista, miembro del CEHJ y de la Sociedad Española de Estudios Árabes, colaborador científico de la Fundación Ibn Tufayl de Estudios Árabes de Almería. Intervienen: Agustín García Lázaro, del CEHJ, Laureano Aguilar Moya, del Museo Arqueológico de Jerez y Juan Félix Bellido Bello, del CEHJ.

 Actividades paralelas:

Cata de vinos en el Consejo Regulador.

Exhibición de esgrima tradicional del Grupo de Esgrima Fortún de Torres, viernes, 3 de junio a las 18’30, en el Consejo Regulador.

Cinefórum, proyección del documental «Los Sabios de Córdoba/Out of Cordoba», coproducido por MLK Producciones, New York Foundation for the Arts y Doculand, el sábado, 4  de junio a las 19’30, en Sala Compañía

Inscripción: gratuita

FOROFISMO VS. INTELIGENCIA

  Estoy convencido que el forofismo ahoga buena parte de la inteligencia. El forofismo no nos deja pensar con equilibrio. Más aún, en muchos casos ciega la inteligencia. Y esto me produce cierta preocupación, porque a veces se instala como medida de nuestras opiniones. Yen estos tiempos se promueve más el forofismo que el pensamiento. Dice el diccionario que forofo es el “partidario entusiasta de un equipo deportivo”, o el “partidario de una persona destacada en alguna actividad”. Hoy hay forofos de todo: de un equipo de fútbol, de un partido político, de una cofradía, de un grupo determinado. Y hace funcionar aquello de “¡Viva lo que sea man que pierda!». Y no hay manera de que el forofo de turno, de lo que sea,confiese en público o en privado su opinión sobre los hechos. Es lo mejor y basta. No hay razonamiento posible que sitúe en el juicio y en el pensamiento aspectos mejorables. Y las luces se apagan, se estanca el pensamiento y no hay posibilidad de juicio crítico y, por consiguiente, de posible mejora. La discusión no es posible, ni tampoco la posibilidad de sacar conclusiones más o menos objetivas. Y tengo la sensación de que la inteligencia en estos casos queda muy mediatizada. No hay más que asomarse a las tertulias televisivas, o escuchar las conversaciones en la barra del bar, mientras nos desayunamos un café. Así nos luce el pelo.

FERIA DEL LIBRO DE CÓRDOBA

 En el incomparable marco de la Feria del Libro de Córdoba, presenté el pasado día 7 mi libro La condición femenina en la Edad Media (Ediciones El Almendro). Una extraordinaria ocasión para volver a Córdoba y compartir un fin de semana con tantos buenos amigos, rodeado de libros. Con esta obra he intentado aproximarme a la mujer medieval y a las escritoras en un mundo marcadamente patriarcal.

La obra diseña un cuadro general de la condición femenina sin ocultar las sombras, pero recuperando voces que se levantaron con sus escritos ante la situación de marginación.

 

Caseta de Ediciones El Almendro en la Feria

Tuve el honor y la satisfacción de ser presentado por Jesús Peláez, director de la Editorial El Almendro.  Y acompañado de buenos amigos, colegas en este difícil oficio de escribir como José Manuel, Manolo, Rocío, Lourdes, Lola… y tantos otros de esa ciudad que desde hace muchos años llevo en el corazón y en la mente.

MAMARRACHO

    Estoy de acuerdo con mi amigo que me pregunta la razón de por qué no hago comentarios sobre política en mi blog, de un tiempo a esta parte. Y es que no sé por donde coger la sartén y la coja por donde la coja saldrá el estúpido de turno a marear la perdiz con etiquetas productoras de humo, para que ciegue la vista y todos andemos atontados por las calles. Y es que “esto es un mamarracho”, me dice con razón el paisano que me interroga, esta vez afirmando. Su expresión es de hastío y esconde un gesto que más bien me parece de derrota, cuando no de impotencia. Y cuando vuelvo a casa, no paro de dar vueltas a la expresión. El diccionario del a RAE me devuelve el sentido de la palabra. Tiene dos accesiones para nuestros ilustres académicos. La primera define la palabra en estos términos: “Figura defectuosa y ridícula, o adorno mal hecho o mal pintado. Llámase también así a otras cosas imperfectas, ridículas y extravagantes”. La segunda define al mamarracho como “hombre informal, no merecedor de respeto”.

 Entiendo que cuando mis amigos hablan de la situación emplean el término en sus dos accesiones. Unas veces cargan las tintas sobre la primera y, con frecuencia, usaban la segunda.

          Esto es un mamarracho y deduzco que lo es porque éstos son unos mamarrachos. Por ahí transita el intercambio verbal de los paisanos que desahogaba el desánimo ante un panorama que ya no convence a nadie y que produce hartazgo, cuando no desesperación e impotencia. Y es que, no salimos de Guatemala cuando ya entramos en guatepeor. ¿A ver quién da más? Y así rompemos los límites de la paciencia, del aguante y de la hartura de todo lo que pasea impúdicamente por los foros políticos. Y es que la gente, solicitada ahora por todos los partidos, por todas las opciones, para que acudan a las urnas a darles el poder municipal para los próximos cuatro años, está hasta la punta del pelo y piden seriedad y sentido común hallando por respuesta una frivolidad que espanta al más pintado. Y el vaso de la paciencia se va colmando y el clamor eleva la discusión a tonos que no me gustan pero que son irremediables. “Éstos son unos mamarrachos”, repiten; “esto es una mamarrachada”, aseveran. Y entre pitos y flautas se nos acaba el día con  una sensación de desasosiego que a mí me espanta, me preocupa y me deja un amargo sabor de boca que nada de lo que acontece a mi alrededor logra desterrar. Así está el panorama, aunque me pese a mí, aunque a muchos les pese. Y es que el espectáculo que algunos están dando no puede producir zanahorias donde se siembran de continuo patatas y más patatas. Y la esperanza de que venga alguien a sembrar cordura, honestidad y buen hacer en este batiburrillo de impertinencias es la única salida que me queda. Pero, ¿quién?, me pregunto.

          Mamarracho son las intervenciones en materia económica, que nos van a llevar no se sabe dónde, mamarracho son para muchos los vaivenes que se intuyen en las reboticas del poder, mamarrachos son los desatinos que tienen desconcertada a la parroquia y mamarracho es querer crecer y progresar por vericuetos que se alejan de la ética más elemental y que tienen al personal sumido en el desconcierto. Y con este mamarracho entre las manos, poco explicado y lleno de incoherencias, nos piden los políticos que acudamos a las urnas. Después se asombrarán de que nos vayamos a la playa si hace un buen día de sol, nos demos un paseo por el campo, o nos vayamos al Rocío, por poner un ejemplo. Y ante tanta depresión, la gente está harta de tanto cachondeo y busca otro cachondeo alternativo y sano para salir del paso y para pasar el mal trago echándose unas sevillanas y poniendo sus expectativas en otras cosas. Y hay que tener muchos reaños y una dosis de esperanza como la que muchos albergamos para admitir que algunos mamarrachos nos vayan a sacar de estos charcos que nos llenan de barro los zapatos.

          Lo sé: huir es de cobardes y el horno no está para el escaqueo. Porque ya son muchos los que no aguantan más la situación y los números –por ejemplo el de esos 4.920.000 parados- esconden personas, familias, dramas y desesperación.

          No sé si un mes les será suficiente a los mareaperdices de la política  para enmendar la plana antes de que el cansancio nos lleve al pesimismo y a la desesperanza y no nos dé por huir a otros pagos, irreales también. La esperanza es lo único que se pierde y aquí estamos viéndolas venir, escudriñando en los discursos que se nos hacen, estudiando propuestas que esperan no ser papel mojado y esperando que la cordura, la claridad, la buena gestión y las propuestas válidas terminen por expresarse. Y aparquen por un tiempo el trabajo en el cortijillo `particular y echen una mano en el común cortijo que es de todos, que para eso les pagamos.

Por coherencia y para defender esta democracia que nos hemos dado y que algunos listillos tratan de mediatizar nos tiene que llevar a exigir seriedad ante una situación que no es de broma; honradez y sensatez. Y a finales del mes que viene –una vez exigido lo exigible a los partidos- acudir a las urnas. Rectificar es de sabios, lo mejor ya nos lo merecemos, y si mientras, los mamarrachos se adecentan, mejor que mejor. Falta hace.

 


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