Estoy convencido que el forofismo ahoga buena parte de la inteligencia. El forofismo no nos deja pensar con equilibrio. Más aún, en muchos casos ciega la inteligencia. Y esto me produce cierta preocupación, porque a veces se instala como medida de nuestras opiniones. Yen estos tiempos se promueve más el forofismo que el pensamiento. Dice el diccionario que forofo es el “partidario entusiasta de un equipo deportivo”, o el “partidario de una persona destacada en alguna actividad”. Hoy hay forofos de todo: de un equipo de fútbol, de un partido político, de una cofradía, de un grupo determinado. Y hace funcionar aquello de “¡Viva lo que sea man que pierda!». Y no hay manera de que el forofo de turno, de lo que sea,confiese en público o en privado su opinión sobre los hechos. Es lo mejor y basta. No hay razonamiento posible que sitúe en el juicio y en el pensamiento aspectos mejorables. Y las luces se apagan, se estanca el pensamiento y no hay posibilidad de juicio crítico y, por consiguiente, de posible mejora. La discusión no es posible, ni tampoco la posibilidad de sacar conclusiones más o menos objetivas. Y tengo la sensación de que la inteligencia en estos casos queda muy mediatizada. No hay más que asomarse a las tertulias televisivas, o escuchar las conversaciones en la barra del bar, mientras nos desayunamos un café. Así nos luce el pelo.
Archivo de 11 de abril de 2024
TODOS
Published 11 abril 2024 Uncategorized Leave a CommentEtiquetas: absolutismo, Diversidad, sectarismoo, todos
Uno sí y otro no, uno sí y otro no, uno sí y otro no… y vamos avanzando en un juego perverso, a la patita coja, sin querer asentar los dos pies en el suelo. Y de esta forma eliminamos a algunos. No están todos. Y si sólo están algunos, el pensamiento único impera, sea el de una parte, el de otra o el de una tercera. Y tienen que estar todos porque la aportación que toda cultura necesita no puede ser sectaria y ni siquiera de parte; no puede ser parcial ni absolutizada. Todos son piezas del mosaico democrático. En el campo cultural es fundamental; en el histórico ni que decir tiene. Si no están todos el producto queda mutilado y no sólo es sectario sino que está sesgado. Y, evidentemente, induce al engaño. No hay mayor mentira que una verdad a medias.